Podemos comerlas tal cual, ya que son deliciosas, o pintarlas con cacao puro. Para eso mezclamos en una taza dos cucharadas de
cacao puro ecológico, con dos cucharadas de agua mineral o filtrada “tibia” junto con la cucharadita de
sirope de ágave crudo. Revolvemos y con un
pincel de silicona pintamos nuestros corazones.