Introducir las semillas en el vaso de la batidora junto con el zumo de limón, el ajo seco y la sal marina.
Batir con el mínimo de agua para obtener una textura espesa que permita manejarlo fácilmente y también que se quede lo más fino posible.
Ten en cuenta que los quesos tienen una textura fina ya que se elaboran con leche así que es necesario batir hasta conseguir que sea lo más fino y cremoso posible.
Forrar con papel de horno un molde redondo para posteriormente, poder extraer y manejar el queso de forma sencilla una vez que ha tomado la forma. Añadir las hierbas provenzales para que se queden pegadas a la pared del queso.
Verter la masa en el molde y si tiene la suficiente consistencia, desmoldarlo
Dejar fuera de la nevera durante 24 h a temperatura ambiente para que comience el proceso de fermentación. Se observará como aumenta su volumen.
Pasado este tiempo, meter en la nevera y dejar durante 1 semana dándole la vuelta cada día. Se irá creando una corteza más dura que va a proteger el queso de contaminaciones.
Puedes consumirlo cuando más te guste. Se recomienda seguir el proceso de curado durante 1 o 2 semanas.