Una vez sabemos cuáles son los ingredientes necesarios, es momento de rescatar nuestra yogurtera y ponernos manos a la obra para obtener un delicioso yogur casero tradicional. Solo hay que seguir unos pasos básicos que, a la que le cojas el truco, resultarán muy fáciles de seguir. Conseguirás un resultado excepcional: cremoso, suave y fresco, que poco tiene que ver con los preparados comerciales. Una vez aprendas a elaborar yogur en yogurtera, ¡ya no habrá vuelta atrás! Para esta receta, hemos escogido el fermento para yogur búlgaro con bífidus de Génesis (se puede utilizar tanto en sobre como en cápsula). Sin embargo, como hemos comentado en el apartado de ingredientes, como fermento también se podría utilizar yogur natural comprado o casero.
En una olla, calentar la leche suavemente hasta que alcance los 70 – 80 ºC, por debajo del punto de ebullición. Dejar que baje la temperatura de la leche hasta los 40 ºC. Este paso es necesario en leches frescas sin pasteurizar. Pero las leches comerciales frescas suelen estar pasteurizadas, así que podríamos saltarnos este paso.
Añadir esta mezcla a la olla con la leche. Incorporar bien.
Verter el resultado en los tarros de la yogurtera. Cerrar las tapas e introducirlos en el hueco destinado a ellos, en la yogurtera.
Llenar el espacio libre entre los tarros con agua hasta la marca, si se trata de una yogurtera para baño María.
Programar 8 horas a una temperatura entre 38 y 40 ºC.
Una vez pasado este tiempo, comprobar que el yogur esté a nuestro gusto, hacer el vacío en los tarros -si existe esta posibilidad en tu caso- y llevar a la nevera, donde debe enfriarse un mínimo de 6 horas.
Ir consumiendo durante los siguientes días. Aguantarán hasta unos 8 días, aproximadamente.