Esterilizar un tarro de 500 ml y lavar todos los instrumentos que se van a utilizar.
Lavar muy bien la piel del pepino. Cortar longitudinalmente en tiras según la altura del tarro.
Colocar en el fondo del tarro esterilizado la sal, los dientes de ajo y el eneldo.
Añadir las tiras de pepino rellenando todos los huecos, deben quedar a presión. Verter el agua filtrada hasta cubrir los pepinos.
Cerrar la tapa y agitar para repartir la sal y el eneldo homogéneamente.
Abrir el tarro y colocar una pesa de cerámica o una tapa de cristal para asegurar que los pepinillos queden sumergidos. Cerrar de nuevo.
Colocar el tarro en un plato o bandeja y conservar en un armario o en la despensa durante la fermentación. En el caso de un tarro de cristal común, abrir el tarro a diario para dejar escapar los gases originados durante la fermentación. Este proceso tardará entre 3-5 días.
A partir del tercer día de fermentación, probar para comprobar si está a tu gusto en cuánto a sabor y textura.
Una vez listos los pepinillos, conservar en el frigorífico.