¿Aún no has incorporado la tortilla vegana a tu lista de preparaciones favoritas? Pues es un recurso maravilloso para tus cenas de entre semana, una manera fantástica de introducir más proteínas y verduras en tu alimentación, de un modo fácil y creativo. Esta tortilla de espinacas y patata se une a otras que tenemos disponibles en el blog (la tortilla con chorizo vegano, la básica y la de patatas). Para elaborarla, utilizamos una base de “huevo”, elaborada con harina de garbanzos y maicena y su toque de sal Kala Namak, que le aporta el sabor azufrado. Su excepcionalidad la encontramos en el uso de la patata hervida en vez de sofrita: un truco –trucazo– que nos sirve para aligerar el resultado, resultando mucho más digestivo.
Cocer la patata (al vapor o hervida), hasta que esté tierna. Dejar enfriar, pelar y aplastar con un tenedor o un prensador de patatas.
Pelar y cortar la cebolla a cuadraditos, sofreírla hasta que esté dorada, en una sartén pequeña con un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Agregar a la sartén la patata aplastada y las espinacas limpias. Condimentar con la sal kala namak y dejar cocer durante unos cinco minutos, hasta que la espinaca haya reducido, removiendo de vez en cuando.
En un bol aparte, mezclar la harina de garbanzos, maicena, agua, vinagre, sal y cúrcuma. Batir bien con la ayuda de unas varillas pequeñas, hasta que no queden grumos.
Verter la mezcla a la sartén y mezclar ligeramente para que se incorpore bien la mezcla de “huevo” entre las verduras. Dejar cocer unos minutos a fuego lento, hasta que se dore por abajo. Dar la vuelta a la tortilla con la ayuda de un plato. Dejar cocer unos minutos más por el otro lado y ¡listo!