Receta de arroz Furikake, para cocina de primavera fresca y depurativa, acondicionada al movimiento que se produce dentro y fuera de nuestro organismo, nos proporcionará la flexibilidad y el impulso necesarios para seguir el movimiento iniciador del renacer primaveral. Recordemos en cada estación preparar platos variados y alineados a la estación, con alimentos de temporada y estilos de cocción acordes al clima, creando así estilos de cocina que nutran los diferentes órganos y condiciones disfrutando de una cocina sana, digestible y energética.Este sencillo plato que sigue los principios de la macrobiótica, que nos recomienda una alimentación primaveral liviana, nos aporta una combinación ligera y equilibrada. A través del efecto centrador del arroz integral, junto con el frescor de las verduras escaldadas, las hierbas verdes y los brotes, nos aporta humedad, clorofila y vitaminas que, bien masticadas, nos permiten distensionar nuestro hígado, proporcionándonos así esa calma y expansión necesarias para acompañar la entrada del calor estival.Gracias a las cualidades curativas de la ciruela umeboshi, que en este caso se ha empleado en la cocción del arroz, este plato ayuda a fortalecer la sangre y a neutralizar la acidez provocada por los excesos acumulativos del invierno y, junto a los pickles o encurtidos de rabanito, macerados en vinagre de umeboshi, aportamos una buena dosis de alimento fermentado que intensifica el efecto depurativo del plato y nos ayudan a digerir el cereal y a activar la función hepática.El aroma del sake, sutil, fresco y con un toque amargo, junto al furikake, un condimento sabroso y remineralizante elaborado a base de sésamo blanco, negro y algas tostadas, contrasta con el sabor suave del arroz integral, aportándole un toque sabroso, crujiente y activador al plato completándolo a su vez en aminoácidos y minerales.