Lavar bien las lentejas hasta que el agua salga limpia y cocer a fuego medio durante 12 minutos. Retirar del fuego y dejar enfriar en un colador.
Mientras, pelar y picar el ajo y la cebolla, y pochar en una sartén unos minutos con un poco de aceite de oliva y una pizca de sal hasta que estén transparentes y reservar.
Una vez las lentejas estén frías, triturar en un procesador de alimentos junto a la zanahoria, el ajo y la cebolla pochados, el perejil, una pizca de cúrcuma, sal al gusto, y las semillas de lino. Añadir un poco de harina de maíz o de garbanzo para espesar la masa si fuera necesario. Dejar la masa en la nevera durante una media hora para que esté más consistente.
Formar bolitas del mismo tamaño y no demasiado grandes, pasarlas por un poco de harina y freír con cuidado en aceite de oliva o en el horno durante unos minutos hasta que estén doradas, retirar y dejar escurrir.
Antes de servir, añadir las albóndigas a la salsa y cocinar a fuego lento durante unos diez minutos. Se puede añadir un poco de agua a la salsa para diluirla un poco.
Servir caliente acompañadas de arroz o quinoa.