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Macrobiótica en otoño

macrobiótica en otoño
Consejos de alimentación para adaptar tu energía al otoño.

Macrobiótica en otoño: elemento metal

La macrobiótica nos ofrece la posibilidad de aprender al arte de adaptar nuestra alimentación y hábitos de vida a nuestra constitución, salud, actividad, sexo, edad y estado emocional. Por otro lado, nos ayuda también a aprender a adaptarnos a los cambios climáticos que nos envuelven, logrando así una mayor coherencia con el entorno exterior e interior en el que cohabitamos. En otoño, empezamos a recogernos, a generar calor interior para prepararnos para el invierno. La naturaleza empieza su proceso de interiorización y conservación, deshaciéndose de lo que ya no necesita. Para adaptar la macrobiótica en otoño, la sabiduría ancestral nos inspira descubriendo la naturaleza de la estación: 

«En los meses de otoño, todos los seres de la naturaleza llegan a su madurez. El clima y la energía del cielo se refresca. El viento comienza a agitarse. Es el punto de cambio donde el yang o activo se transforma en su opuesto, yin o pasivo. […] Es importante mantenerse en calma y en paz, […] para que la transición hacia el invierno se haga de forma suave. El espíritu y la energía deben mantenerse focalizados y concentrados. La energía de los pulmones llena, limpia y calmada.»

Extraído del clásico de la Medicina China Neijing 

Las estaciones y nuestro ritmo de alimentación están estrechamente relacionados, y es a través del sistema de correspondencias de las cinco transformaciones que proviene de la medicina china, como se trabaja “el arte de la alimentación y la sanación”, a través de la observación y la relación con los ritmos de la naturaleza.

Consejos macrobióticos básicos para el otoño

La macrobiótica en otoño está asociada, según la teoría de las 5 transformaciones, a una serie de elementos y alimentos: 

  • Elemento asociado: metal. Es el elemento que a veces más cuesta distinguir en la naturaleza, porque a primera vista parece que no haya nada y destaca su frialdad, dureza y falta de vida. Pero esta falta de actividad aparente es necesaria, porque los minerales nutren la tierra en la cual van a crecer los alimentos. Es la interiorización necesaria. El elemento metal está asociado a la densidad, la fuerza, la energía compacta y la materialización completa. Es la etapa más yang de todo el ciclo. La condensación se encuentra en su grado más elevado. 
  • Órganos: los pulmones y el intestino grueso; la piel y el olfato. 
  • Cereal: arroz integral. 
  • Proteína: soja negra. 
  • Alga: la hiziki japonesa. También la espagueti de mar española.
  • Verduras: de raíz largas (bardana, nabo, raíz de loto…) y raíces con sus hojas. También las castañas pilongas (nutren y dan calor). 
  • Sabor: los alimentos con un sabor ligeramente picante van a estimular el movimiento, la circulación de la sangre y de la energía. Ayudan a despejar dando salida a las toxinas estancadas de los pulmones, la piel y del intestino grueso. Por un lado, unos toques de este sabor nos van a ayudar a despejar y desobstruir las acumulaciones de moco y por otro, nos van a proporcionar más calor, también necesario con la llegada de los primeros fríos. Optar por picantes de: jengibre, rábanos, nabos, daikon, mostaza, wasabi (ideales para climas templados) y evitar los picantes más fuertes como chiles (que se usan más en verano o en climas cálidos para combatir el calor). 
  • Color: blanco.  
  • Cocciones: las cocciones por excelencia de esta estación son la kimpira y el nishime. También el salteado largo, horno 
  • Evitar: alimentos generadores de moco (ya que de por sí es una época con mucha tendencia a resfriados) y que colapsen pulmones e intestinos: lácteos, harinas refinadas y azúcares refinados. También generan mucosidades: un exceso de alimentos crudos, frutas tropicales, alimentos fríos, agua fría, helados, exceso de carnes o de avena.

Consejos de alimentación

En la dieta macrobiótica en otoño, se recomienda introducir:   

  • Alimentos para aportar un toque picante. Además de los mencionados, podemos incorporar: hinojo, colinabo, pimienta, canela, clavo, berro, hojas frescas de mostaza, cebolla, cebollino, ajo y albahaca. 
  • Utilizar a diario alimentos de color blanco saludables: el arroz integral, la coliflor, el ajo, la cebolla, el puerro, la pera, la manzana, el nabo, el daikon, el kuzu, la pimienta blanca, las setas, el pescado blanco, las legumbres blancas, etc. Todos ellos ayudan a equilibrarnos y a nutrirnos en otoño. 
  • Cocciones: las cocciones más concentradas, con menos agua y con tapa nos ayudarán a sentirnos más centrados. Los estofados, los salteados largos y las cocciones a presión nos calientan y concentran la energía. Predominancia de alimentos cocidos por encima de los crudos. 
  • Los alimentos de raíz ayudan a equilibrar y concentrar la energía: la zanahoria, los rábanos y los nabos. 
  • Los alimentos mucilaginosos ayudan a proteger y regenerar la mucosa pulmonar e intestinal: lino, chía, algas y avena. 
  • Evitar los alimentos muy secos, ya que resecan también las mucosas y los pulmones (tortitas de maíz o de arroz, o tostadas industriales, carnes a la plancha, demasiado horno…). 
  • Mantener una adecuada hidratación con caldos calientes, sopas con algas y condimentos salados.   
  • Potenciar los alimentos de naturaleza tibia y caliente: ajo, trigo sarraceno, avena, arroz glutinoso, cebolla, puerros, jengibre, canela 
  • Introducir alimentos que refuercen el sistema defensivo: setas, shiitake, jengibre, cebolla, ajo, nabo, raíces, equinácea, verduras de hoja verde, verduras naranjas, jalea real, propóleo… Alimentos ricos en vitamina C: perejil, pimiento, coles, brócoli, cítricos… Nabo, peras y raíz de loto para reblandecer y eliminar los mocos. 
  • Mantener una suficiente ingesta de alimentos que repueblen la flora bacteriana: chucrut, vegetales fermentados, miso, tamari 
sopa minestrone
La sopa minestrone: una gran manera de hidratarnos. Alubias blancas y verduras de la estación en un delicioso plato caldoso caliente.

Hábitos beneficiosos en otoño

  • Cenar temprano. 
  • Comida limpia y sencilla, sin demasiadas mezclas. Una cocina limpia, ordenada y bien organizada junto con una alimentación sencilla y bien definida nos ayudan a sentirnos más acordes al movimiento energético otoñal, dotándonos de capacidad de enfocar nuestras vidas hacia aquello que queremos. 
  • Incluir infusiones beneficiosas: jengibre, gordolobo, marrubio, malva, regaliz, raíz de loto… 
  • Es la época perfecta para hacer limpieza (en la casa, en tu cuerpo, a nivel mental, emocional, etc.). Como los árboles, es momento de dejar ir lo que ya no nos sirve.  
  • Con la disminución de luz solar, se reduce la serotonina en nuestro cuerpo. Por lo tanto, podemos potenciar las actividades al aire libre durante las horas de sol: paseos y vitamina D para fortalecer el sistema inmune y generar mayor bienestar.  
  • El ejercicio moderado también nos ayuda a combatir la falta de ánimo y el cansancio.  
  • Dormir y descansar lo suficiente: a nivel energético, vamos hacia la época de mayor recogimiento. Sin embargo, en cuanto al calendario, es la época de la vuelta al cole y las agendas apretadas. Este desajuste entre la naturaleza y lo que nos exige la sociedad puede generar desequilibrio y agobio. Por eso, es importante recordar de tomarnos tiempo para descansar y empezar a “hacer nido”, preparando el invierno. 
  • Un desequilibrio en elemento metal puede provocar esa sensación tan común en otoño de tristeza y melancolía. Revisar la alimentación y los hábitos asociados al otoño puede ayudarnos a sentirnos con mayor equilibrio, seguridad y concentración durante esta época del año. 

Influencia en los demás elementos

  • El elemento Metal (pulmón e intestino grueso) genera al elemento Agua (riñón y vejiga): una alimentación vital y equilibrada en elemento metal hace que también el elemento agua esté bien nutrido y en sintonía. Si trabajamos una buena base en otoño, concentrando y limpiando, en invierno habremos generado la solidez necesaria para pasar la época más fría.  
  • El elemento Metal explota a Madera (metal corta madera): un elemento metal descompensado afecta también al elemento madera. La mucosidad y el estancamiento, generados por un exceso lácteos, harinas refinadas o azúcares refinados (alimentos que congestionan el elemento metal), provocará que nuestro hígado, en consecuencia, quede bloqueado. 
infusión macrobiótica en otoño
Infusión con kuzu, jengibre y raíz de loto para reforzar el pulmón.

Ideas de recetas para macrobiótica en otoño

 

El otoño ha dejado ya sin hojas
los álamos del río.

El agua ha adormecido en plata vieja
al polvo del camino.
Los gusanos se hunden soñolientos
en sus hogares fríos.
El águila se pierde en la montaña;
el viento dice: Soy eterno ritmo.
Se oyen las nanas a las cunas pobres,
y el llanto del rebaño en el aprisco.

La mojada tristeza del paisaje
enseña como un lirio
las arrugas severas que dejaron
los ojos pensadores de los siglos.

“Ritmo de otoño” (fragmento de Libro de Poemas, 1921), Federico García Lorca

 

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